domingo, 22 de marzo de 2009

Nuestro querido PEATÓN...


Se dice, se rumora, afirman en los salones, en las fiestas, alguien o algunos enterados, que Jaime Sabines es un gran poeta. O cuando menos un buen poeta. O un poeta decente, valioso. O simplemente, pero realmente, un poeta.

Le llega la noticia a Jaime y éste se alegra: ¡Qué maravilla! ¡Soy un poeta! ¡Soy un poeta importante! ¡Soy un gran poeta!.

Convencido, sale a la calle, o llega a la casa, convencido. Pero en la calle nadie, y en la casa menos: nadie se da cuenta de que es un poeta. ¿Por qué los poetas no tienen una estrella en la frente, o un resplandor visible, o un rayo que les salga de las orejas?

¡Dios mío!, dice Jaime. Tengo que ser papá o marido, o trabajar en la fábrica como otro cualquiera, o andar, como cualquiera, de peatón.

¡Eso es!, dice Jaime. No soy un poeta: soy un peatón.

Y esta vez se queda echado en la cama con una alegría dulce y tranquila

El Peatón, Jaime Sabines (1926 -1999)

Y así se nos fué un grande, con su alegría dulce y tranquila, con sus poemas de amor, de sentimiento, cotidianos, tan cotidianos que los ves andando por nuestro Chiapas.

Nos llegó la noticia mientras hacíamos un trabajo escolar y como por arte de magia, después de unas cuantas llamadas recibidas y hechas, se junto la raza con artículos del poeta y tuvimos una sesión con chelas, "delicados" y poemas, hasta que nos dio la madrugada y todos, con tristeza, tuvimos que regresar al mundo que Jaime ya había abandonado...

Este es un pequeño homenaje al hombre que se fue no sin antes darnos la receta para comernos la luna a cucharadas...

No hay comentarios: